miércoles, 21 de octubre de 2009

¿Vivimos demasiado bien?

Una pregunta abre hoy la entradita de la semana: ¿Vivimos demasiado bien?

Para comenzar a explicar lo que quiero transmitir, creo que primero habría que formular otra, que sería: ¿Vivimos mejor que en las épocas pasadas? Hay aplastantes razones a favor del Sí. La primera es el gran avance de la Medicina, obviamente. La segunda, la seguridad que se ha alcanzado en el mundo Occidental con la democracia. La seguridad de que no habrá cualquier día una guerra que pueda arrasar el país, o una revolución en la que rueden las cabezas. Y hay otras. Actualmente todos tenemos expectativas de alcanzar como poco los 75 años, en condiciones óptimas de salud. Con algún problemilla, inevitable a esa edad, pero bien en general.

Esto hace un par de siglos (y yo diría que menos) era una completa utopía. La medicina, aunque progresaba sin descanso, era aún embrionaria. Muchas enfermedades ahora muy controladas eran por entonces mortales. Pero no solo eso. Hay que tener en cuenta (sobre todo en siglos posteriores al XIX) las continuas guerras, revoluciones, el trabajo extenuante (el proletariado del S. XIX); junto con una escasa sensación de protección por parte de organismos superiores. Nada de Derechos Humanos, o algo similar.

En resumen, la gente vivía con la constante sombra de un final próximo. Y aunque en verdad no lo sé, quiero imaginarme que esto fortalecía a las personas en gran medida. Se sobrellevaban mejor los golpes de la vida. Se pensaba menos en el futuro, y se dedicaba más tiempo a disfrutar con el presente, aunque las cosas buenas con las que deleitarse fueran ínfimas en relación con las que tenemos ahora.

Y claro, hoy en día, con esa idea preconcebida de que vamos a durar, y durar, y durar, ¿para qué detenerse siquiera a pensar en el gozo que es tener una vida entera por delante? ¡Si es lo normal! Preferimos gastar el tiempo en quejarnos por otras nimiedades, que todos conocemos.

Ahora bien, cuando la vida nos sacude un golpe de los duros (y sin avisar), el desconcierto es abrumador, y la nueva situación, difícil de aceptar. Ni siquiera necesitamos que nos pegue el golpe, con solo darnos un susto, muchas veces ya se nos viene el mundo encima. Te das cuenta entonces de lo que te importa realmente, de lo trivial de tus otras preocupaciones, y de lo poco que has valorado lo que tenías.

Quiero aclarar que no me estoy muriendo, ni nada parecido, gracias a Dios. Pero hoy he tenido un susto de los que hablo, y estoy reflexionando sobre ello. Y pese a todo lo escrito, debo decir (modestia aparte) que me considero una persona que sabe valorar lo que tiene.

¿Opiniones?

¡Adiós!

3 comentarios:

Malena dijo...

Te habla Malena, alguien que cree que somos las presas de una tela de araña o destino del que no podemos escapar. Intentemos engañar a la "araña" haciéndole pensar que estamos "k.a.o.s", cuando en realidad sólo nos estamos preparando para ser más fuertes.

Por cierto, me encantó tu blog... Te he unido a mi link de enlaces;

Malena
(kamariaaamori.blogspot.com)
y, te invito a visitar mi rincón particular.

Anónimo dijo...

Realmente no sabría que decirte... Yo soy de las que a menudo piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor...

Manu AMS dijo...

Cuando pienso un poco eso, siempre llego a la conclusión de que es porque al fin y al cabo nos cuesta despegarnos de lo conocido, y por eso pensamos que lo pasado fue mejor.

Pero otras veces simplemente exclamo: ¡sí!, ¡quién volviera a épocas anteriores!

Hay quien nos llama románticos por ello.