domingo, 26 de octubre de 2008

La semana

Esta semana que se acaba será recordada por mí con ese título: "LA semana". ¿Original, verdad? Lo sé.

Y es que es la primera vez que paso 7 días solo en casa, y no ha estado mal la experiencia, qué suerte los que andan por ahí en pisos de estudiantes, se os envidia a menudo. Lo cierto es que la semana ha dado para mucho, también porque el jueves no había clase (sino fiesta) y el viernes, a efectos prácticos, tampoco.

Pero empecemos con orden. El lunes y el martes, poco que contar. Clase en la universidad y poca actividad por las tardes, rutina en estado puro. Llegamos al miércoles, y hablamos de hacer noche de película para ir estrenando mi casa, no vaya a ser que se acabara la semana y quedara demasiado limpia. A las 9 o así rapiñamos una cena rápida, y, sobre todo, variada. Pero realmente variada, vamos, que las mezclas explosivas de un vaso de leche con un san jacobo y un trozo de chorizo acompañado de ajo, a la orden del día, vaya, y yo sin conocer la experiencia.

Tras poner a prueba nuestra resistencia al vómito, tocaba elegir filme. Después de probar un par y que no funcionaran, acabamos viendo "Instinto básico", o sea, acabamos viéndole el coño a la actriz esta que nunca me acuerdo de su nombre, y que no pienso ponerme a buscar. Seguro que sabeis de lo que hablo. Fue poco exitoso la verdad. Uno de nosotros se tiro la mitad de la película durmiendo (por lo que la otra mitad no la entendio), y los demás casi. Además, como añadidura, a las 12 se largaron todos, me abandonaron. Anda que ya os vale...

Siguiente capítulo, titulado "La Fica". Este día también ha pasado a ser mítico, era la primera vez que me ponía contentillo después de 5 meses alejado de ello por circunstancias de sobra conocidas; y además, no me gaste un solo euro en alcohol (miento, me gaste 1€ en un bote de estrella, esperando a que llegaran personalidades conocidas). El caso es que vi a todo el mundo, les gorroneé alcohol en formas diversas a todo el mundo, y no estuve más de 15 minutos con las mismas personas, tipo bando. Eso desde la 1 hasta las 5. Porque a esa hora volvía a mi casa a descansar un poco, y el poco acabó alargándose hasta la noche.

Y el resto del tiempo ya lo contaré otro día, que estoy cansado. Decir que se alternaron buenos momentos (cuando estaba con alguien), con malos (cuando estaba solo. El sábado me di cuenta de ello de forma escandalosa: como una simple conversación con una amiga me hace olvidarme de todos los fantasmas). Moraleja: socialízate más... Ardua tarea, más después del follón del verano, gracias al cual me he vuelto bastante reticente a abrirme a la gente, en todos los aspectos. Casi me tatúo en la carpeta de medicina un cartel tipo: "Soy borde, NO quiero amigos". Ya iremos corrigiendo eso con el tiempo, no tengo prisa en conocer a la gente de la carrera, estaremos seis años juntos más o menos los mismos.

domingo, 19 de octubre de 2008

Ositos perdidos

Siguiendo un poco la tónica de la entrada anterior, esta vez también voy a hablar de mi vida. Pero ahora en prosa, que va más acorde con mi estilo.

Pensándolo un poco, las entradas que llevo en este blog, o hablan de la universidad, o ahora últimamente de mis frustraciones (como bien aviso en el título de la página). Igual sería bueno separarlas y hacer dos blogs, uno con un tono más melancólico (a lo Rosillo), otro con ese tono jocoso y sarcástico que tan natural me sale (modestia aparte). Razones de peso, sin embargo, me motivan a NO hacerlo:

1. Pereza. Ahora a saber dónde coño está el botón para hacer un nuevo blog...
2. Indicador psicológico. Así más o menos al leer la última entrada, sabeis si mi semana ha sido buena (me pongo a contar la primera chorrada que se me ocurre, si implica criticar algo o a alguien, aliciente añadido), o mala (me salen gilipolleces como la canción de ahí abajo).
3. Para 4 amigos que leen esto... tampoco hace falta mucha organización. Cuando tenga club de fans, ya dividiré esto en secciones, con datos personales, fotos en posiciones diversas, "mis últimos best-seller" y otras egocentridades varias.

Después de esta breve y absurda reflexión, a lo que íbamos, que malditos 18 años. Son muchas cosas las que pierden su gracia cuando alcanzas esa edad, y, paradójicamente, hasta entonces ansías que llegue el momento.

Analicemos mi situación: tengo buena salud, todo va bien con la familia, tengo buenos amigos y amigas (bendito regalo del cielo...), estudio una carrera universitaria que me gusta, con futuro, y a la que mucha gente querría acceder (eso es por que no la han probado). Resultado: una situación buena, como para no quejarse, ¿no? Pues no. Como siempre, cuánto más tienes, menos lo valoras. Todo lo que he dicho, salvo lo referente a mis amigos, me parecen cosas muy triviales, y hasta que se me joda algo en algún punto, no les daré importancia.

De momento, la realidad es que me amargo sobremanera porque hay una parcela de mi vida que no me va bien. Y por eso me surge una duda: ¿es esa cosa lo más importante, lo que hace que, si lo tienes, todo parezca mucho más llevadero; y si no lo tienes, que se te hunda el mundo?. Preguntaré a alguien que haya pasado por ambas épocas, porque lo mío ha evolucionado de la ignorancia consentida a la depresión, sin pasar por el extremo bueno.

Pero ahora no puedo pasar mucho más tiempo pensando en eso. Tengo que ponerme a ver las prácticas de histología de mañana lunes, y a aprenderme por mi cuenta lo que hicieron en la primera, porque la semana pasada no pude llegar a tiempo (cortesía de latbus S.A). A eso sumarle que ya tengo que empezar a empollarme el taco de apuntes de anatomía, si no quiero quedar enterrado por él. Y no me encuentro yo ahora con fuerzas como para tirarme 3 horas delante de una pelvis aprendiéndome cada esquina del jodido hueso. Como colofón, estoy pendiente de ver qué días nos juntamos los de mi grupo de prácticas para irnos al infante a preguntarle a la gente qué tal se encuentra (encuestas de historia de la medicina...). Yo, que precisamente soy de los que ni cogen el teléfono si no conozco el número, ni abro la puerta de mi casa si no estoy esperando a alguien. Alguno se acordará de mí, y me dirá: "¿Ahora vienes tú, eh? Pues ahora le vas a hacer la encuestita esa a las carpas del río..."

Resumiendo, muchas cosas por hacer, y pocas motivaciones que me animen a ello. Definitivamente, esto no me pasaba hace unos meses. Se confirma que la feliz ignorancia infantil es lo mejor que puede haber. Si alguien tiene la suerte de estar todavía en ella, que procure mantenerla el máximo tiempo posible. Una vez que te abandone, no volverá... Silvia, yo también quiero mi osito.

sábado, 18 de octubre de 2008

Acabando la canción

Segundos de duda
Deciden hoy mi vida
Ya nada más me queda

Mis sueños ahogados
Me piden por favor
Que vuelva mi ilusión.

Puede ser que este dolor,
Sea el valor que me faltó

Destino, marcado,
Quizás por mi pasado
Reclamarán mi suerte

Los dedos clavados
En mi cabeza están
Y no se rendirán

Los lamentos no servirán
Imponerse a la inseguridad

Hoy me enfrento a la ansiedad
Cara a cara con mi realidad
No hay más... que respirar.
[bis]

Hoy la duda acabará
Mis impulsos vuelven a actuar
No hay más... que respirar.

Sin llegar a dudar....


Bueno, he aquí una canción que resume bastante mi vida últimamente. Por supuesto, la canción no es mía, para quien le interese, es de Centinela, de su último disco, Claustrofobia.

Interpretaciones no voy a hacer, porque creo que para los que me conocen está bastante claro, y para los que no, tampoco les importa.

Atención a la penúltima estrofa (hoy me enfrento...), que es donde me encuentro yo ahora. A ver si consigo acabar la canción...

jueves, 16 de octubre de 2008

Novatadas

Como ya dije, he aquí la entrada sobre las novatadas. Pero no va a ser como yo creía, porque ese día volví a mi casa limpio, impecable, sin la camiseta y el pelo lleno de harina, huevos, vinos y otros productos varios de los que se encuentran fácilmente en cualquier supermercado de barrio.
Lo más gracioso es que no me propuse esquivarlas, más bien fue que me lo pusieron demasiado fácil.

Estaba yo esperando en el hall de la facultad, cuando oigo un montón de jaleo en el pasillo de las clases... Digo yo, coño, que ya han empezado. Voy para allá apartando a todos los de fisioterapia y odontología que andaban husmeando, y me encuentro ya a los veteranos disfrazados de antidisturbios dando de palos a los pollos (ya hablo como si no lo fuera) y bajándolos a la calle. Claro, esto me puso en una compleja tesitura: se trataba de meterme por ahí enmedio gritando "¡Ey! ¡Esperadme! !Qué yo también soy pollo!" o dejarlos ir. Como en el fondo no me apetecía que me pringaran entero y lo que son fiestas no van a faltar en la universidad, pues opté por lo segundo.

Y en esto teneis parte de culpa todos los que os habeis dedicado a nombrarme las novatadas cada vez que me veíais, que ya las tenía aborrecidas. Ahora puedo poner cara de satisfacción y decir: "¡Sí, joderos! Estoy en primero, y !no me han llenado la cara de harina!

lunes, 6 de octubre de 2008

Fiestas pasadas y venideras

Ya van tres entradas hablando de la universidad, y como no quiero pecar de monotema en el blog, voy a cambiar por esta vez. Hablemos de fiestas, que siempre sentará mejor. Ya son 3 meses seguidos sin beber (a lo burro, me refiero, las cervezas en los bares de buen rollo no entran aquí), y sin embargo, parece que la cosa anda mejor que el curso pasado, donde ahogábamos el aburrimiento en un litro de estrella (preciada agua de espinardo) o en una pinta de budweisser en el ruta 66 (que época más odiosa).

Y la solución iba a venir de manos de un juego de cartas bastante friki, el sábado pasado. Bueno, el viernes tampoco estuvo mal, con sesión intensiva de bolos, futbolín y billar (con bola negra en el hoyo a la primera, como añadidura). Lo que desvirtuó la noche fue la caminata de hora y cuarto bajando del thader hasta Murcia, por enmedio de una autopista, de noche, con los coches pasando a no menos de 100 por hora al lado nuestro, y con siniestras calles de pueblo desiertas, con un toque Resident Evil bastante aceptable. Luego, cuando por fin llegamos a Murcia, los ánimos andaban bastante decaídos.

Pero volviendo al juego de cartas friki (!Sí, Señor Oscuro!, que se llama, por dar más datos), trata básicamente de traicionar a tus amigos, de dar puñaladas (ficticias, y otras no tanto, que cierta persona me clavó un boli casi en la yugular...), lo cual viene al pelo para desahogarte y demás. Mientras uno hace el papel de Señor Oscuro, malvado y en ocasiones ninfómano; los demás, lacayos suyos, tenemos que justificarnos por no haber cometido sus asesinatos, violaciones y por no haber recogido sus cargamentos de droga. La mejor justificación, como en la vida real, echarle la culpa al de al lado. Realmente gratificante. Es aconsejable, además, acompañar el juego con cualquier sustancia alcohólica, desde una botella de ginebra (con tónica y limón, faltaría más) al típico y muy solicitado litro de estrella levante fresco.

Ya hemos hablado de las pasadas, ahora tocan las venideras. Como cualquier estudiante de primero de medicina a estas alturas tempranas de curso, lo primero que se le pasa por la cabeza son las novatas. A ver cuándo se deciden a hacerlas, que me imagino el día, pero obviamente no lo voy a poner aquí. El día que lleguen me temo que faltaré a la promesa de no beber, porque tanta dignidad perdida en tan poco tiempo puede doler si no la atenúas con alcohol (además, no suele ser algo que puedas elegir, beber o no beber, suele ser o bebes o te lo empinan con embudo). Al menos una ventaja, borrachera gratis, y excusa para no ir al día siguiente a la facultad (la resaca y demás), a no ser que las hagan un viernes.
Para más datos acerca de las novatas este año, ojeen el youtube unos dos días después de que vean mi entrada sobre ellas en este blog: no les decepcionará, seguro.