domingo, 30 de noviembre de 2008

En el otro extremo (intento)

Hace un par de días puse mi entrada mas agónica en lo que llevo de blog, y mira que me propuse no hacerlo cuando empecé a escribir aquí. Pero qué le vamos a hacer, es lo malo de tener un ordenador al lado en el momento del bajón. No obstante, aún en aquel estado de agilipollamiento profundo reconocía que tenía momentos de bajón y otros, en fin, no de subidón (porque parecería que me refugio en las drogas) pero sí de más entereza.

Como estoy en uno de esos momentos, vamos a no desaprovecharlo. Se aproxima otra semana, que pinta parecida a las anteriores, al menos a primera vista. Vamos a buscar, pues, motivaciones para que no lo sea (se entiende que queremos que sea mejor):

1. Veo mi primer cadáver.... ehmm... Sí, yo creo que la mejor manera de verle el lado bueno a la vida es ver un muerto.... Alguno dirá ¿pero tú no estabas hoy optimista? Sí, joder, pero era tan evidente ese comentario, que no me puedo resistir a hacerlo.

2. Ya tengo arreglado el ordenador.... Pues la verdad es que no sería mala cosa si no fuera por el poco rato que voy a poder pasar delante de él... Pufff, esto no funciona, ¿eh?

3. A ver la tercera... esto empieza a costar... ¡Ya sé! El fin de semana que viene es más largo, tiene 3 días, pero espera, ¿otros años no tenía 5? Sí, pero es que esta vez las fiestas caen sábado y lunes, y años anterioes caían lunes y miércoles, con un bonito puente enmedio...

Juro que esto no lo he preparado antes de ponerme a escribir para que saliera así....

Esfuérzate algo más, hombre... Venga, vale, lo intentaré otra vez....

4. Ya falta poco para Navidad.... Err.... bueno, no puede negarse que es un alivio no tener que ir a la facultad, así tienes más tiempo para... estudiar. En cuanto al resto de cosas que conlleva la Navidad: las películas desfasadas de siempre en la tele; las lucecitas de hace varios lustros por la calle; todo el mundo quejándose de que por qué en esta época parece que hay que consumir más -pero si en el fondo te (nos) gusta, carallo-; y otras parafernalias más, dejémoslo en que no las echo de menos...

Creo que voy a aplicar lo que acabo de escuchar en la canción que tengo puesta: "Al culo de una lombriz, nos metimos a dormir, mientras afuera todo de se derrumbaba y allí... nos fuimos tachando un abril y otro abril".

Al fin y al cabo, alomejor es verdad aquello que me dijeron hace poco: Si en realidad tu no has estado/estás enamorado... Si eso es verdad, no quiero estarlo nunca.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Vida universitaria

Hoy voy a hablar de algo que a bastantes nos está pasando seguro, aunque no sé si la gente se ha dado cuenta. Me refiero a los que hemos empezado la universidad este año, claro.

Y se trata de esa ilusión que teníamos sobre todo después de selectividad, por cualquier cosa que tuviera algún atisbo de universidad. Ese estar todo el día hablando de la futura carrera, de lo que haríamos cuando ya fuéramos universitarios. La primera visita a la facultad, subiendo las escaleras con miedo, con respeto. Esto pasa aún más en medicina, por aquello de que cuesta bastante llegar ahí, pero seguro que es aplicable a las demás facultades.

De esta ilusión casi infantil pasamos, como suele ocurrir, al desengaño. Bueno, al desengaño no, la vida universitaria sigue valiendo mucho, pero no es como se imagina. Si miramos la actitud con la que hacía yo las cosas la primera semana de clases, y con la que las hago ahora... Un ejemplo: entrabas a la biblioteca en silencio, abrías la cartera fuera para no hacer ningún ruido con la cremallera dentro, te sentabas con cuidado.... ahora.... pues.... entras dándole una patada a la puerta (o casi), abres la cremallera de un tirón, arrastras la silla todo lo posible, etcétera. Otro más, en las prácticas de anatomía. Al principio cogías los huesos con cautela, ponías de cara de verdadero interés, estudiabas con detenimiento cada parte... ahora.... pues.... te pones a hacer el capullo con los cráneos, te explican un hueso y piensas: ya lo mirare luego en el Sobotta, o ni eso.
Y es que con dos mesecitos ya te acostumbras a este tipo de vida, porque en el fondo es bien fácil. Control nulo, campas a tus anchas por todos lados, te organizas tú en todo, en definitiva, vas a tu completa bola, y eso es un alivio, porque nadie lograría acabar una carrera si esta se cursara del mismo modo que en el instituto. La clave para hacer las cosas bien es que no te obliguen a ello.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Virus psicólogos

Sé que el título de la entrada es cuanto menos raro, y poco habitual en mí, que suelo decir las cosas bastante claras, ahorrándome intentos de metáfora, paralelismos y esbozos de recursos poéticos de los que tanto nos trató de inculcar Ana Cárceles, infructuosamente para la mayoría de los que compartimos aquel curso de 2º de Bachillerato.

Pero como últimamente estoy traicionando bastante mis principios, ahí se queda. Si alguien, cuando termine de leer esto y se entere de lo que significan esas dos palabras, se le ocurre una forma mejor de decir lo mismo, que lo ponga (ya me encargo yo de borrar el comentario, y este párrafo, para que parezca mío también).

Una vez hecha la introducción tonta de turno, que siempre apetece, vamos al meollo de la cuestión. Resulta que la mayor parte de las elucubraciones, meditaciones y paranoias diversas que me he ido creando este verano, las iba apuntando en mi ordenador, no aquí en internet, claro, sino en el disco duro. Y he aquí (voici) que hace una semanita más o menos, un montón de unos y ceros se metió en el susodicho ordenador y lo jodio entero. Vamos, que me entró un virus, y además de los graciosos, de los que no te dejan arrancar la máquina.

En cuanto al aspecto técnico del problema, la historia ya me la sé. Llegar a la tienda, decirle al tío "me pasa esto", él me mirará con cara de suficiencia, con la cara con que mira alguien muy listo a un paleto (como pensando, no se si merece mi tiempo que lo gaste en ti). A continuación, me preguntará: "¿tienes copia de seguridad del disco duro?", y yo: "sabes que no...." (¿Quién coño hace eso alguna vez?). Y para acabar, lo de siempre: "pues eso va a haber que formatearlo...." (no te jode, así yo también soy informático, en cuanto hay un problema, lo eliminamos todo y empezamos de cero).

Ahora el aspecto sentimental, consecuencia además de la falta de ganas del técnico de turno de calentarse un poco la cabeza, que se trata de los archivos donde quedaron plasmados esos pensamientos y rayadas varias. Algunos eran ya antiguos, y casi me reía al leerlos de nuevo (problemas que tenía yo en 1º bachillerato, o sea, nada importante); otros eran más recientes. De ellos, la mitad conversaciones de MSN, la otra mitad, mis rayadas. Los dos tipos eran una especie de recordatorio de todo lo pasado, porque había veces que hasta le perdía el hilo a mi vida. Y bueno, podríamos decir que el hilo se ha roto, y espero que en el fondo me venga bien. La verdad es que no había nada que realmente mereciera la pena ahí, leerlos no era más que remover la amargura del fondo de la copa.

Espero que ahora se entienda más el título. Al final resulta que el virus hasta me va a hacer bien. Ha hecho lo que probablemente me habría dicho que hiciera un psicólogo (al que yo nunca habría ido, claro, no dramaticemos el tema, que no llega ahí), que rompiera todo lo que guardara relación con el dilema en cuestión.

Y quizás funcione.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Reflexiones post-semanales

Ya es domingo de nuevo, así que toca acudir a la cita con blogspot. La verdad es que empiezo a escribir esta entrada sin saber muy bien de qué hablar, pero bueno, improvesaremos lo que sea.

La que se acaba hoy ha sido una semana tranquilica, aunque con cosas que contar. Por ejemplo, ha sido la primera fiesta de halloween en la que me "disfrazo". De algo no muy elaborado, para qué engañarnos, pero ahí queda la cosa. El ponerme una capa verde de la guardia civil de los años 60 (que nadie identificó, por cierto, salvo Ray) se puede considerar un disfraz. Buen día este de halloween, y eso que lo acabé a la 1, porque todavía acarreaba los efectos de estar en medicina (tener clase los viernes a las 9 de la mañana, se entiende). Grande el concierto de M-Clan, y eso que apenas me sabía una canción. Me volví a acordar de lo agusto que estoy yo viendo a cualquier grupo.

De echo decidí que ire este sábado a ver a Saratoga, aunque no entraba en mis planes. Con lo que añoro la época del instituto, y sobre todo del bachiller, volver a ver a ese grupo y cantar "Tras las rejas" y "Vientos de guerra", por ejemplo, va a ser como volver atrás en el tiempo, y eso no lo puedo rechazar. Es el mejor revulsivo contra la nostalgia rosilloniana que uno lleva acarrendo últimamente, aunque solo dure un par de horas.

Digo que es el mejor revulsivo, mas no el único. Que esta semana hay otras fiestas también muy jugosas: la fiesta de las batas el miércoles, todo un clásico en medicina; un viernes sin clase y en el mismo día un cumpleaños que también se presenta suculento. Esto se completaría si no tuviera, en el lado opuesto de la ecuación, la pila de apuntes de anatomía, bioquímica, bioestadística y varias chorradas más esperándome con avidez. El Sobotta es como un tamagochi de estos de antes, tienes que estar cada cierto tiempo pendiente de él, solo que si no lo haces, no es él quien la palma, sino tú quien suspende.

De todas formas, el profundo conocimiento que tengo acerca de lo vago que soy me dice que le dedicaré mucho más tiempo a la primera faceta que a la segunda. Yo sin presión no se estudiar, necesito tener los exámenes a la vuelta de la esquina, que es lo que más me motiva. Y no ando yo sobrado de motivación, más bien al contrario.

Me acabo de acordar de otra cosa que necesito decir. Me he dado cuenta de que los heavys son unos putos románticos. Se me ocurre bajarme el último disco de Warcry, me digo yo, que me vendrá bien música nueva de la que me gusta, para olvidarme de cosas. Y bueno, se puede observar una cosa leyendo solo los títulos de las canciones: "La vida en un beso"; "Devorando el corazón"; "Invierno en mi corazón"; "Nada como tú", etcétera. Efectivamente, casi todas tratan del amor, en todas sus formas y variantes, incluso aquellas que de entrada no lo parecen (como una que se llama "El Camino"). Y yo: cojonudo, de esto iba la famosa "Revolución" (es el nombre del disco), de volvernos Rosillo (que buen recurso el nombrar a este hombre...), me parece a mí que a Víctor García se le acaban las ideas. ¡Ojo!, que alguna hay por ahí que no abordan ese tema, pero la verdad es que son pocas, y no tengo ganas de buscarlas.

Pero no es solo Warcry y su último disco, es todo el heavy moderno en general (el que yo escucho claro, el thrash metal y derivados ya me imagino que no...). El único grupo que se salva es Centinela, y no del todo, que también tiene vestigios por ahí (la canción de dos entradas abajo, por ejemplo); y Saratoga, y porque tiene suficientes canciones buenas como para no oír las baladas. En fin, que he hecho una depuración en el mp3 considerable, metiendo más AC/DC y menos Mago de Oz. Seguro que me entendeis.

Y ahora algo bueno, que casi siempre lo hay, aunque sea ínfimo en importancia (que no es el caso): mis huesos ya soportan diez kg menos de peso, y se nota un huevo. Al menos lo que no pude hacer de pequeño lo estoy consiguiendo ahora.

Ya sabía yo que si ponía me acabaría saliendo algo que decir, y aquí está. Para acabar, un asunto que no puedo desarrollar del todo aquí: vaya sueños más raros y porculeros que he tenido, de hecho los tengo escritos para que no se me olviden... Yo no se mi cerebro qué quiere hacer conmigo, pero se podía estar quietecito, que sabe dar dónde más duele, el jodio. Tendré que hacer un pacto con él, a lo Homer Simpsons. Él me deja en paz por la noche, y yo... pfff, no se que darle yo... ¿no le golpeo contra el coche al salir? No, que eso ya está visto... Nah, a tomar por saco, que me haga caso, que para algo soy yo el que manda, o debería. Mi teoría es que mi subconsciente me odia por algo, y por eso cuando nota que se me empieza a pasar la jodienda, me la recuerda. Todavía será que tengo al enemigo en casa.

Pero se va a joder el mundo. Si en algo soy especialista es en buscarme un par de pequeños placeres y pasar de todo lo demás. Por lo menos, ahora me siento con fuerzas para ello. Esto es una advertencia: mundo, no me volverás a coger desprevenido.