miércoles, 31 de diciembre de 2008

Un año más, o menos

Faltan algo más de 2 horas para que acabe este año y mi conciencia me dice que algo habrá que escribir en este momento, como última entrada del año. Un año más que se va, o menos que queda, según el estado de ánimo de la persona en cuestión. Yo me declino en estos momentos por pensar que es un año más vivido, y que quedarán muchos más.

2008 ha sido un año especial, por no buscar otra palabra más complicada. He conocido los dos extremos, las dos caras de la moneda, a lo que he aludido mucho en este blog. Y eso hace que haya cambiado mucho de cómo era a principio de año a cómo soy ahora; aunque no dudo que esos cambios eran, si no buenos del todo, al menos sí inevitables.

Es ahora cuando debería hacer una lista de los propósitos para el año que entra. No obstante, no lo voy a hacer, pues pienso que las metas que me ponga ahora pueden tener poca relevancia de aquí a unos meses, o surgir otras más importantes. Prefiero echar a andar sin un rumbo fijo, y ya veré lo que depara el camino. Rara reflexión para alguien que piensa las cosas hasta la saciedad antes de hacerlas.

De momento de lo único que tengo que estar pendiente es de no olvidarme la entrada para esta noche, ni todos los abalorios necesarios para los mojitos, que costado ha decidirnos a hacerlos como para ahora acabar bebiendo bacardi a palo seco.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Amores electrónicos

Hoy voy a tratar de cambiar el enfoque del blog hacia una perspectiva un poco menos agónica (esto me suena... ), aprovechando que tengo algo de lo que quejarme.

Llevo yo bastantes días de esta cadenciosa vida lamentando la pérdida de aquel que siempre estuvo a mi lado, tanto en los malos momentos como en los buenos, en la mejor de la fiestas y en el mayor de los aburrimientos; me refiero, como imaginais, a mi mp3. Pues bien, después de llorar algunos días sobre su cadáver electrónico, me decidí por fin a buscarle sustituto, cual padre cabreado porque se le ha muerto el perro al niño, y tiene que comprarle otro.

Y es que todo lo que implique salir a la calle da una pereza increíble si no lo acompañas con Avalanch, Centinela o similares. Son los eternos acompañantes de mis caminatas: a la hora de bajarse del thader andando, cuando se trata de ir a la parada del autobús, o en los primeros días de universidad, vagabundeando solo por los alrededores de la facultad de Medicina.

Hablando ya del traumático proceso de intercambio, que tuvo lugar en Carrefour por el módico precio de 30€, decir que ocurrió sin ningún incidente digno de mención. Nada más llegar, lo ví, él me vio a mí, y surgio un amor inmediato, a primera vista. De estos que salen en las películas americanas, y que nunca pasa en la realidad. La unión fue irremediable.

Con mi nuevo amor en el bolsillo de la chaqueta ya, salí del Carrefour y me fui de fiesta (bueno, me fui al Ítaca a tomarme un café y luego a ver una película muy paranoica).

Y llega esta mañana, una mañana especial: él me estaba esperando. Lo sostuve entre mis manos un instante, y me dispuse a conocerlo más fondo, a interiorizar con él... Pero ya me dijo alguien una vez que el primer amor es el de verdad, y que nunca lo olvidas. Aquel montón de circuitos y transistores no era como mi venerado primer mp3. Tenía algo que lo hacía diferente, era, no sé: funcionaba a batería...

Maldita sea la sombra del que lo inventó. Para qué cojones sirve un mp3 a batería... La gracia de estos cacharritos es poder escuchar música allí donde no hay ninguna tecnología, lo que incluye cualquier forma de energía eléctrica. Y lo peor es que me pongo a buscar el supuesto cargador, y no lo encuentro por ninguna parte. Ahora maldigo a la sombra del que comercializó dicho cargador a parte, y con un extra de maravedíes a desembolsar, claro.

Pero no debe cundir el pánico. Me ha dado por ojear la guía del usuario, esa que nunca se mira, y he descubierto que, al parecer, se puede cargar también con el propio ordenador, directamente con el USB. Es un alivio, porque no me apetecía ir al Carrefour y ponerme a pelearme con ellos. Ahora dentro de 3 horas comprobaré si de verdad se ha cargado, y si es así, me conformaré con él.

No obstante, es un amor forzado, y todos sabemos como acaban esos amores... pero a la mierda, al fin y al cabo es un jodido mp3, cuando se rompa o me enfade con él, otro y a tomar por culo.

Eso sí, siempre recuerda: una persona no es un mp3.

¡Saludos!

martes, 23 de diciembre de 2008

Sinonimia

Porque la vida también cambia el diccionario (original-traducción):

· "Sigue adelante"- Desvíate.

· "Olvida"- Muere poco a poco.

· "Tú vales mucho"- Te veo bien jodido, ¿eh?

· "Las tías no valen nada"- Vamos a cambiar de tema.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Medicina

Hablemos de medicina hoy. Pero tranquilos, no voy a empezar a soltar por aquí comentarios tecnicistas ni nada de eso, porque todo el mundo que estamos en una carrera podríamos hacer lo mismo, y hay algunas licenciaturas por ahí que bufff... no quiero conocerlas...

Vamos a dejar una idea general de lo que vienen siendo estos tres meses:

· Bioestadística... Sí, tenía que empezar con esta, y cualquiera que esté dando estadística en alguna de sus variedades, me entenderá. Es la única asignatura en la que, tras 4 caras de fórmulas, nº decimales de cinco cifras, porcentajes, miles de incógnitas gracias a las cuales prácticamente me he aprendido ya el alfabeto griego (para que usar como variable la típica "x", queda mucho más imponente llamarla "lambda"), etcétera.... Resulta que no podemos solucionar el problema que se nos ha planteado. ¡Oh yeah!, esto es lo que llaman una materia útil.

Aparte de esto, también citar un ejemplo de los problemas a los que nos tenemos que enfrentar. Son un razonamiento de este tipo: a usted le duele el tobillo, entonces, cualquier médico ignorante le haría una radiografía, miraría si hay algo roto y aplicaría un diagnóstico eficaz; ¡pero no! Nosotros sabemos bioestadística, así que lo que vamos a hacer es comprobar a cuantos le ha dolido en esta semana el tobillo... y ¡vaya! resulta que solo ha habido una persona con ese síntoma, ¡y a los dos días tuvo que volver por apendicitis! Entonces... podemos decir que el 100% de los pacientes que ha venido con dolor en el tobillo tenía apendicitis. Ya está, fuera radiografías y gilipolleces de esas, ¡usted al quirófano pero ya!

Podeis pensar que he exagerado, y es cierto, pero no os engañeis, esto según nos han dicho funciona muchas veces así.

· Anatomía. Bueno, aquí no me puedo quejar, porque en el fondo me gusta, y además, como ya le dije ayer a una amiga, hay que aceptar donde se ha metido uno. Pero madre mía, cuántas cosas tiene el cuerpo... Ahora que lo pienso sí que me puedo quejar de una cosa. En esta asignatura, las opiniones divergen de forma sorprendente. Ahora mismo tengo tres fuentes básicas de información: mi libro (Rouvière), mi atlas (Sobotta) y los apuntes de clase (Guijarro :D); y a la hora de buscar un músculo, hueso... es jodidamente difícil que se pongan de acuerdo en algo. Entonces, ¿qué hago? Pues, evidentemente, hacer caso a los apuntes. Si nuestro catedrático dice que en tal sitio hay un hueso, para mí lo hay, y punto. Tanto dinero gastado en libros para esto...

·Historia. El principal problema de esta asignatura es que no consigo que nadie se la salte, y me toca irme solo a la cantina, o en su defecto, a la biblioteca.

Como me dijeron por aquí que suelto parrafas inmensas, vamos a cortar aquí, y ya contaré la otra mitad otro día. Además, tengo que ponerme con la bioquímica.

¡Que os vaya bien, mortales!

martes, 9 de diciembre de 2008

La obviedad rechazada



He aquí otra de esas fotos de lugares bohemios que tanto me gustan, aunque frecuento muy poco.


El primero de estos sitios fue Yeste, hace 3 años (hay una foto en esta pagina a la derecha); el segundo, Moratalla, hace unos meses; el último, el de la foto, un sitio mucho más cercano, la sierra de Carrascoy, cerca del Valle Perdido, eso sí, próximo a la cima de una colina que habia por allí.



Ahora que, hay que decir que esta vez había una diferencia, relativa a la compañía (sin ofender, uli, ya sabes como funcionan estas cosas :D).


Y resulta que no puedes anticiparte a la vida, ni a sus batacazos. Nada de intentar esquivarlos cortando de tajo el asunto, hay que pegárselos, esto es como montar en bici.


Intenté alejarme porque parecía la solución más obvia, lo que todo el mundo acababa haciendo. Pero la solución era mucho más fácil :-)



miércoles, 3 de diciembre de 2008

Aversión al jamón

No tiene doble sentido, segunda interpretación, no es ningún intento de metáfora ni una original forma de empezar a hablar de cualquier otra cosa. Es simplemente eso, le he cogido poco gusto al jamón serrano este curao tan español.

En cuanto a la razón, podéis deducirla vosotros mismos si leéis en la entrada anterior, el punto 1., sobre las cosas buenas que iba a tener la semana.

Digamos que es un daño colateral de estudiar medicina.

Más detalles, en persona.

P.D. Creo que es la vez que menos escribo en lo que llevo de blog.

domingo, 30 de noviembre de 2008

En el otro extremo (intento)

Hace un par de días puse mi entrada mas agónica en lo que llevo de blog, y mira que me propuse no hacerlo cuando empecé a escribir aquí. Pero qué le vamos a hacer, es lo malo de tener un ordenador al lado en el momento del bajón. No obstante, aún en aquel estado de agilipollamiento profundo reconocía que tenía momentos de bajón y otros, en fin, no de subidón (porque parecería que me refugio en las drogas) pero sí de más entereza.

Como estoy en uno de esos momentos, vamos a no desaprovecharlo. Se aproxima otra semana, que pinta parecida a las anteriores, al menos a primera vista. Vamos a buscar, pues, motivaciones para que no lo sea (se entiende que queremos que sea mejor):

1. Veo mi primer cadáver.... ehmm... Sí, yo creo que la mejor manera de verle el lado bueno a la vida es ver un muerto.... Alguno dirá ¿pero tú no estabas hoy optimista? Sí, joder, pero era tan evidente ese comentario, que no me puedo resistir a hacerlo.

2. Ya tengo arreglado el ordenador.... Pues la verdad es que no sería mala cosa si no fuera por el poco rato que voy a poder pasar delante de él... Pufff, esto no funciona, ¿eh?

3. A ver la tercera... esto empieza a costar... ¡Ya sé! El fin de semana que viene es más largo, tiene 3 días, pero espera, ¿otros años no tenía 5? Sí, pero es que esta vez las fiestas caen sábado y lunes, y años anterioes caían lunes y miércoles, con un bonito puente enmedio...

Juro que esto no lo he preparado antes de ponerme a escribir para que saliera así....

Esfuérzate algo más, hombre... Venga, vale, lo intentaré otra vez....

4. Ya falta poco para Navidad.... Err.... bueno, no puede negarse que es un alivio no tener que ir a la facultad, así tienes más tiempo para... estudiar. En cuanto al resto de cosas que conlleva la Navidad: las películas desfasadas de siempre en la tele; las lucecitas de hace varios lustros por la calle; todo el mundo quejándose de que por qué en esta época parece que hay que consumir más -pero si en el fondo te (nos) gusta, carallo-; y otras parafernalias más, dejémoslo en que no las echo de menos...

Creo que voy a aplicar lo que acabo de escuchar en la canción que tengo puesta: "Al culo de una lombriz, nos metimos a dormir, mientras afuera todo de se derrumbaba y allí... nos fuimos tachando un abril y otro abril".

Al fin y al cabo, alomejor es verdad aquello que me dijeron hace poco: Si en realidad tu no has estado/estás enamorado... Si eso es verdad, no quiero estarlo nunca.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Vida universitaria

Hoy voy a hablar de algo que a bastantes nos está pasando seguro, aunque no sé si la gente se ha dado cuenta. Me refiero a los que hemos empezado la universidad este año, claro.

Y se trata de esa ilusión que teníamos sobre todo después de selectividad, por cualquier cosa que tuviera algún atisbo de universidad. Ese estar todo el día hablando de la futura carrera, de lo que haríamos cuando ya fuéramos universitarios. La primera visita a la facultad, subiendo las escaleras con miedo, con respeto. Esto pasa aún más en medicina, por aquello de que cuesta bastante llegar ahí, pero seguro que es aplicable a las demás facultades.

De esta ilusión casi infantil pasamos, como suele ocurrir, al desengaño. Bueno, al desengaño no, la vida universitaria sigue valiendo mucho, pero no es como se imagina. Si miramos la actitud con la que hacía yo las cosas la primera semana de clases, y con la que las hago ahora... Un ejemplo: entrabas a la biblioteca en silencio, abrías la cartera fuera para no hacer ningún ruido con la cremallera dentro, te sentabas con cuidado.... ahora.... pues.... entras dándole una patada a la puerta (o casi), abres la cremallera de un tirón, arrastras la silla todo lo posible, etcétera. Otro más, en las prácticas de anatomía. Al principio cogías los huesos con cautela, ponías de cara de verdadero interés, estudiabas con detenimiento cada parte... ahora.... pues.... te pones a hacer el capullo con los cráneos, te explican un hueso y piensas: ya lo mirare luego en el Sobotta, o ni eso.
Y es que con dos mesecitos ya te acostumbras a este tipo de vida, porque en el fondo es bien fácil. Control nulo, campas a tus anchas por todos lados, te organizas tú en todo, en definitiva, vas a tu completa bola, y eso es un alivio, porque nadie lograría acabar una carrera si esta se cursara del mismo modo que en el instituto. La clave para hacer las cosas bien es que no te obliguen a ello.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Virus psicólogos

Sé que el título de la entrada es cuanto menos raro, y poco habitual en mí, que suelo decir las cosas bastante claras, ahorrándome intentos de metáfora, paralelismos y esbozos de recursos poéticos de los que tanto nos trató de inculcar Ana Cárceles, infructuosamente para la mayoría de los que compartimos aquel curso de 2º de Bachillerato.

Pero como últimamente estoy traicionando bastante mis principios, ahí se queda. Si alguien, cuando termine de leer esto y se entere de lo que significan esas dos palabras, se le ocurre una forma mejor de decir lo mismo, que lo ponga (ya me encargo yo de borrar el comentario, y este párrafo, para que parezca mío también).

Una vez hecha la introducción tonta de turno, que siempre apetece, vamos al meollo de la cuestión. Resulta que la mayor parte de las elucubraciones, meditaciones y paranoias diversas que me he ido creando este verano, las iba apuntando en mi ordenador, no aquí en internet, claro, sino en el disco duro. Y he aquí (voici) que hace una semanita más o menos, un montón de unos y ceros se metió en el susodicho ordenador y lo jodio entero. Vamos, que me entró un virus, y además de los graciosos, de los que no te dejan arrancar la máquina.

En cuanto al aspecto técnico del problema, la historia ya me la sé. Llegar a la tienda, decirle al tío "me pasa esto", él me mirará con cara de suficiencia, con la cara con que mira alguien muy listo a un paleto (como pensando, no se si merece mi tiempo que lo gaste en ti). A continuación, me preguntará: "¿tienes copia de seguridad del disco duro?", y yo: "sabes que no...." (¿Quién coño hace eso alguna vez?). Y para acabar, lo de siempre: "pues eso va a haber que formatearlo...." (no te jode, así yo también soy informático, en cuanto hay un problema, lo eliminamos todo y empezamos de cero).

Ahora el aspecto sentimental, consecuencia además de la falta de ganas del técnico de turno de calentarse un poco la cabeza, que se trata de los archivos donde quedaron plasmados esos pensamientos y rayadas varias. Algunos eran ya antiguos, y casi me reía al leerlos de nuevo (problemas que tenía yo en 1º bachillerato, o sea, nada importante); otros eran más recientes. De ellos, la mitad conversaciones de MSN, la otra mitad, mis rayadas. Los dos tipos eran una especie de recordatorio de todo lo pasado, porque había veces que hasta le perdía el hilo a mi vida. Y bueno, podríamos decir que el hilo se ha roto, y espero que en el fondo me venga bien. La verdad es que no había nada que realmente mereciera la pena ahí, leerlos no era más que remover la amargura del fondo de la copa.

Espero que ahora se entienda más el título. Al final resulta que el virus hasta me va a hacer bien. Ha hecho lo que probablemente me habría dicho que hiciera un psicólogo (al que yo nunca habría ido, claro, no dramaticemos el tema, que no llega ahí), que rompiera todo lo que guardara relación con el dilema en cuestión.

Y quizás funcione.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Reflexiones post-semanales

Ya es domingo de nuevo, así que toca acudir a la cita con blogspot. La verdad es que empiezo a escribir esta entrada sin saber muy bien de qué hablar, pero bueno, improvesaremos lo que sea.

La que se acaba hoy ha sido una semana tranquilica, aunque con cosas que contar. Por ejemplo, ha sido la primera fiesta de halloween en la que me "disfrazo". De algo no muy elaborado, para qué engañarnos, pero ahí queda la cosa. El ponerme una capa verde de la guardia civil de los años 60 (que nadie identificó, por cierto, salvo Ray) se puede considerar un disfraz. Buen día este de halloween, y eso que lo acabé a la 1, porque todavía acarreaba los efectos de estar en medicina (tener clase los viernes a las 9 de la mañana, se entiende). Grande el concierto de M-Clan, y eso que apenas me sabía una canción. Me volví a acordar de lo agusto que estoy yo viendo a cualquier grupo.

De echo decidí que ire este sábado a ver a Saratoga, aunque no entraba en mis planes. Con lo que añoro la época del instituto, y sobre todo del bachiller, volver a ver a ese grupo y cantar "Tras las rejas" y "Vientos de guerra", por ejemplo, va a ser como volver atrás en el tiempo, y eso no lo puedo rechazar. Es el mejor revulsivo contra la nostalgia rosilloniana que uno lleva acarrendo últimamente, aunque solo dure un par de horas.

Digo que es el mejor revulsivo, mas no el único. Que esta semana hay otras fiestas también muy jugosas: la fiesta de las batas el miércoles, todo un clásico en medicina; un viernes sin clase y en el mismo día un cumpleaños que también se presenta suculento. Esto se completaría si no tuviera, en el lado opuesto de la ecuación, la pila de apuntes de anatomía, bioquímica, bioestadística y varias chorradas más esperándome con avidez. El Sobotta es como un tamagochi de estos de antes, tienes que estar cada cierto tiempo pendiente de él, solo que si no lo haces, no es él quien la palma, sino tú quien suspende.

De todas formas, el profundo conocimiento que tengo acerca de lo vago que soy me dice que le dedicaré mucho más tiempo a la primera faceta que a la segunda. Yo sin presión no se estudiar, necesito tener los exámenes a la vuelta de la esquina, que es lo que más me motiva. Y no ando yo sobrado de motivación, más bien al contrario.

Me acabo de acordar de otra cosa que necesito decir. Me he dado cuenta de que los heavys son unos putos románticos. Se me ocurre bajarme el último disco de Warcry, me digo yo, que me vendrá bien música nueva de la que me gusta, para olvidarme de cosas. Y bueno, se puede observar una cosa leyendo solo los títulos de las canciones: "La vida en un beso"; "Devorando el corazón"; "Invierno en mi corazón"; "Nada como tú", etcétera. Efectivamente, casi todas tratan del amor, en todas sus formas y variantes, incluso aquellas que de entrada no lo parecen (como una que se llama "El Camino"). Y yo: cojonudo, de esto iba la famosa "Revolución" (es el nombre del disco), de volvernos Rosillo (que buen recurso el nombrar a este hombre...), me parece a mí que a Víctor García se le acaban las ideas. ¡Ojo!, que alguna hay por ahí que no abordan ese tema, pero la verdad es que son pocas, y no tengo ganas de buscarlas.

Pero no es solo Warcry y su último disco, es todo el heavy moderno en general (el que yo escucho claro, el thrash metal y derivados ya me imagino que no...). El único grupo que se salva es Centinela, y no del todo, que también tiene vestigios por ahí (la canción de dos entradas abajo, por ejemplo); y Saratoga, y porque tiene suficientes canciones buenas como para no oír las baladas. En fin, que he hecho una depuración en el mp3 considerable, metiendo más AC/DC y menos Mago de Oz. Seguro que me entendeis.

Y ahora algo bueno, que casi siempre lo hay, aunque sea ínfimo en importancia (que no es el caso): mis huesos ya soportan diez kg menos de peso, y se nota un huevo. Al menos lo que no pude hacer de pequeño lo estoy consiguiendo ahora.

Ya sabía yo que si ponía me acabaría saliendo algo que decir, y aquí está. Para acabar, un asunto que no puedo desarrollar del todo aquí: vaya sueños más raros y porculeros que he tenido, de hecho los tengo escritos para que no se me olviden... Yo no se mi cerebro qué quiere hacer conmigo, pero se podía estar quietecito, que sabe dar dónde más duele, el jodio. Tendré que hacer un pacto con él, a lo Homer Simpsons. Él me deja en paz por la noche, y yo... pfff, no se que darle yo... ¿no le golpeo contra el coche al salir? No, que eso ya está visto... Nah, a tomar por saco, que me haga caso, que para algo soy yo el que manda, o debería. Mi teoría es que mi subconsciente me odia por algo, y por eso cuando nota que se me empieza a pasar la jodienda, me la recuerda. Todavía será que tengo al enemigo en casa.

Pero se va a joder el mundo. Si en algo soy especialista es en buscarme un par de pequeños placeres y pasar de todo lo demás. Por lo menos, ahora me siento con fuerzas para ello. Esto es una advertencia: mundo, no me volverás a coger desprevenido.

domingo, 26 de octubre de 2008

La semana

Esta semana que se acaba será recordada por mí con ese título: "LA semana". ¿Original, verdad? Lo sé.

Y es que es la primera vez que paso 7 días solo en casa, y no ha estado mal la experiencia, qué suerte los que andan por ahí en pisos de estudiantes, se os envidia a menudo. Lo cierto es que la semana ha dado para mucho, también porque el jueves no había clase (sino fiesta) y el viernes, a efectos prácticos, tampoco.

Pero empecemos con orden. El lunes y el martes, poco que contar. Clase en la universidad y poca actividad por las tardes, rutina en estado puro. Llegamos al miércoles, y hablamos de hacer noche de película para ir estrenando mi casa, no vaya a ser que se acabara la semana y quedara demasiado limpia. A las 9 o así rapiñamos una cena rápida, y, sobre todo, variada. Pero realmente variada, vamos, que las mezclas explosivas de un vaso de leche con un san jacobo y un trozo de chorizo acompañado de ajo, a la orden del día, vaya, y yo sin conocer la experiencia.

Tras poner a prueba nuestra resistencia al vómito, tocaba elegir filme. Después de probar un par y que no funcionaran, acabamos viendo "Instinto básico", o sea, acabamos viéndole el coño a la actriz esta que nunca me acuerdo de su nombre, y que no pienso ponerme a buscar. Seguro que sabeis de lo que hablo. Fue poco exitoso la verdad. Uno de nosotros se tiro la mitad de la película durmiendo (por lo que la otra mitad no la entendio), y los demás casi. Además, como añadidura, a las 12 se largaron todos, me abandonaron. Anda que ya os vale...

Siguiente capítulo, titulado "La Fica". Este día también ha pasado a ser mítico, era la primera vez que me ponía contentillo después de 5 meses alejado de ello por circunstancias de sobra conocidas; y además, no me gaste un solo euro en alcohol (miento, me gaste 1€ en un bote de estrella, esperando a que llegaran personalidades conocidas). El caso es que vi a todo el mundo, les gorroneé alcohol en formas diversas a todo el mundo, y no estuve más de 15 minutos con las mismas personas, tipo bando. Eso desde la 1 hasta las 5. Porque a esa hora volvía a mi casa a descansar un poco, y el poco acabó alargándose hasta la noche.

Y el resto del tiempo ya lo contaré otro día, que estoy cansado. Decir que se alternaron buenos momentos (cuando estaba con alguien), con malos (cuando estaba solo. El sábado me di cuenta de ello de forma escandalosa: como una simple conversación con una amiga me hace olvidarme de todos los fantasmas). Moraleja: socialízate más... Ardua tarea, más después del follón del verano, gracias al cual me he vuelto bastante reticente a abrirme a la gente, en todos los aspectos. Casi me tatúo en la carpeta de medicina un cartel tipo: "Soy borde, NO quiero amigos". Ya iremos corrigiendo eso con el tiempo, no tengo prisa en conocer a la gente de la carrera, estaremos seis años juntos más o menos los mismos.

domingo, 19 de octubre de 2008

Ositos perdidos

Siguiendo un poco la tónica de la entrada anterior, esta vez también voy a hablar de mi vida. Pero ahora en prosa, que va más acorde con mi estilo.

Pensándolo un poco, las entradas que llevo en este blog, o hablan de la universidad, o ahora últimamente de mis frustraciones (como bien aviso en el título de la página). Igual sería bueno separarlas y hacer dos blogs, uno con un tono más melancólico (a lo Rosillo), otro con ese tono jocoso y sarcástico que tan natural me sale (modestia aparte). Razones de peso, sin embargo, me motivan a NO hacerlo:

1. Pereza. Ahora a saber dónde coño está el botón para hacer un nuevo blog...
2. Indicador psicológico. Así más o menos al leer la última entrada, sabeis si mi semana ha sido buena (me pongo a contar la primera chorrada que se me ocurre, si implica criticar algo o a alguien, aliciente añadido), o mala (me salen gilipolleces como la canción de ahí abajo).
3. Para 4 amigos que leen esto... tampoco hace falta mucha organización. Cuando tenga club de fans, ya dividiré esto en secciones, con datos personales, fotos en posiciones diversas, "mis últimos best-seller" y otras egocentridades varias.

Después de esta breve y absurda reflexión, a lo que íbamos, que malditos 18 años. Son muchas cosas las que pierden su gracia cuando alcanzas esa edad, y, paradójicamente, hasta entonces ansías que llegue el momento.

Analicemos mi situación: tengo buena salud, todo va bien con la familia, tengo buenos amigos y amigas (bendito regalo del cielo...), estudio una carrera universitaria que me gusta, con futuro, y a la que mucha gente querría acceder (eso es por que no la han probado). Resultado: una situación buena, como para no quejarse, ¿no? Pues no. Como siempre, cuánto más tienes, menos lo valoras. Todo lo que he dicho, salvo lo referente a mis amigos, me parecen cosas muy triviales, y hasta que se me joda algo en algún punto, no les daré importancia.

De momento, la realidad es que me amargo sobremanera porque hay una parcela de mi vida que no me va bien. Y por eso me surge una duda: ¿es esa cosa lo más importante, lo que hace que, si lo tienes, todo parezca mucho más llevadero; y si no lo tienes, que se te hunda el mundo?. Preguntaré a alguien que haya pasado por ambas épocas, porque lo mío ha evolucionado de la ignorancia consentida a la depresión, sin pasar por el extremo bueno.

Pero ahora no puedo pasar mucho más tiempo pensando en eso. Tengo que ponerme a ver las prácticas de histología de mañana lunes, y a aprenderme por mi cuenta lo que hicieron en la primera, porque la semana pasada no pude llegar a tiempo (cortesía de latbus S.A). A eso sumarle que ya tengo que empezar a empollarme el taco de apuntes de anatomía, si no quiero quedar enterrado por él. Y no me encuentro yo ahora con fuerzas como para tirarme 3 horas delante de una pelvis aprendiéndome cada esquina del jodido hueso. Como colofón, estoy pendiente de ver qué días nos juntamos los de mi grupo de prácticas para irnos al infante a preguntarle a la gente qué tal se encuentra (encuestas de historia de la medicina...). Yo, que precisamente soy de los que ni cogen el teléfono si no conozco el número, ni abro la puerta de mi casa si no estoy esperando a alguien. Alguno se acordará de mí, y me dirá: "¿Ahora vienes tú, eh? Pues ahora le vas a hacer la encuestita esa a las carpas del río..."

Resumiendo, muchas cosas por hacer, y pocas motivaciones que me animen a ello. Definitivamente, esto no me pasaba hace unos meses. Se confirma que la feliz ignorancia infantil es lo mejor que puede haber. Si alguien tiene la suerte de estar todavía en ella, que procure mantenerla el máximo tiempo posible. Una vez que te abandone, no volverá... Silvia, yo también quiero mi osito.

sábado, 18 de octubre de 2008

Acabando la canción

Segundos de duda
Deciden hoy mi vida
Ya nada más me queda

Mis sueños ahogados
Me piden por favor
Que vuelva mi ilusión.

Puede ser que este dolor,
Sea el valor que me faltó

Destino, marcado,
Quizás por mi pasado
Reclamarán mi suerte

Los dedos clavados
En mi cabeza están
Y no se rendirán

Los lamentos no servirán
Imponerse a la inseguridad

Hoy me enfrento a la ansiedad
Cara a cara con mi realidad
No hay más... que respirar.
[bis]

Hoy la duda acabará
Mis impulsos vuelven a actuar
No hay más... que respirar.

Sin llegar a dudar....


Bueno, he aquí una canción que resume bastante mi vida últimamente. Por supuesto, la canción no es mía, para quien le interese, es de Centinela, de su último disco, Claustrofobia.

Interpretaciones no voy a hacer, porque creo que para los que me conocen está bastante claro, y para los que no, tampoco les importa.

Atención a la penúltima estrofa (hoy me enfrento...), que es donde me encuentro yo ahora. A ver si consigo acabar la canción...

jueves, 16 de octubre de 2008

Novatadas

Como ya dije, he aquí la entrada sobre las novatadas. Pero no va a ser como yo creía, porque ese día volví a mi casa limpio, impecable, sin la camiseta y el pelo lleno de harina, huevos, vinos y otros productos varios de los que se encuentran fácilmente en cualquier supermercado de barrio.
Lo más gracioso es que no me propuse esquivarlas, más bien fue que me lo pusieron demasiado fácil.

Estaba yo esperando en el hall de la facultad, cuando oigo un montón de jaleo en el pasillo de las clases... Digo yo, coño, que ya han empezado. Voy para allá apartando a todos los de fisioterapia y odontología que andaban husmeando, y me encuentro ya a los veteranos disfrazados de antidisturbios dando de palos a los pollos (ya hablo como si no lo fuera) y bajándolos a la calle. Claro, esto me puso en una compleja tesitura: se trataba de meterme por ahí enmedio gritando "¡Ey! ¡Esperadme! !Qué yo también soy pollo!" o dejarlos ir. Como en el fondo no me apetecía que me pringaran entero y lo que son fiestas no van a faltar en la universidad, pues opté por lo segundo.

Y en esto teneis parte de culpa todos los que os habeis dedicado a nombrarme las novatadas cada vez que me veíais, que ya las tenía aborrecidas. Ahora puedo poner cara de satisfacción y decir: "¡Sí, joderos! Estoy en primero, y !no me han llenado la cara de harina!

lunes, 6 de octubre de 2008

Fiestas pasadas y venideras

Ya van tres entradas hablando de la universidad, y como no quiero pecar de monotema en el blog, voy a cambiar por esta vez. Hablemos de fiestas, que siempre sentará mejor. Ya son 3 meses seguidos sin beber (a lo burro, me refiero, las cervezas en los bares de buen rollo no entran aquí), y sin embargo, parece que la cosa anda mejor que el curso pasado, donde ahogábamos el aburrimiento en un litro de estrella (preciada agua de espinardo) o en una pinta de budweisser en el ruta 66 (que época más odiosa).

Y la solución iba a venir de manos de un juego de cartas bastante friki, el sábado pasado. Bueno, el viernes tampoco estuvo mal, con sesión intensiva de bolos, futbolín y billar (con bola negra en el hoyo a la primera, como añadidura). Lo que desvirtuó la noche fue la caminata de hora y cuarto bajando del thader hasta Murcia, por enmedio de una autopista, de noche, con los coches pasando a no menos de 100 por hora al lado nuestro, y con siniestras calles de pueblo desiertas, con un toque Resident Evil bastante aceptable. Luego, cuando por fin llegamos a Murcia, los ánimos andaban bastante decaídos.

Pero volviendo al juego de cartas friki (!Sí, Señor Oscuro!, que se llama, por dar más datos), trata básicamente de traicionar a tus amigos, de dar puñaladas (ficticias, y otras no tanto, que cierta persona me clavó un boli casi en la yugular...), lo cual viene al pelo para desahogarte y demás. Mientras uno hace el papel de Señor Oscuro, malvado y en ocasiones ninfómano; los demás, lacayos suyos, tenemos que justificarnos por no haber cometido sus asesinatos, violaciones y por no haber recogido sus cargamentos de droga. La mejor justificación, como en la vida real, echarle la culpa al de al lado. Realmente gratificante. Es aconsejable, además, acompañar el juego con cualquier sustancia alcohólica, desde una botella de ginebra (con tónica y limón, faltaría más) al típico y muy solicitado litro de estrella levante fresco.

Ya hemos hablado de las pasadas, ahora tocan las venideras. Como cualquier estudiante de primero de medicina a estas alturas tempranas de curso, lo primero que se le pasa por la cabeza son las novatas. A ver cuándo se deciden a hacerlas, que me imagino el día, pero obviamente no lo voy a poner aquí. El día que lleguen me temo que faltaré a la promesa de no beber, porque tanta dignidad perdida en tan poco tiempo puede doler si no la atenúas con alcohol (además, no suele ser algo que puedas elegir, beber o no beber, suele ser o bebes o te lo empinan con embudo). Al menos una ventaja, borrachera gratis, y excusa para no ir al día siguiente a la facultad (la resaca y demás), a no ser que las hagan un viernes.
Para más datos acerca de las novatas este año, ojeen el youtube unos dos días después de que vean mi entrada sobre ellas en este blog: no les decepcionará, seguro.

lunes, 29 de septiembre de 2008

El saber ocupa lugar.... y dinero

Hoy he hecho una de esas cosas que cuando uno entra a medicina, espera poder hacer a menudo en un futuro no muy lejano: refutar las creencias populares de toda la vida. Desde que tomar azúcar no sirve para no tener agujetas, hasta reírte de los anuncios de cremas y demás potingues, que anuncian componentes con nombres muy graciosos que quedan muy bien, pero que tú estás hasta los huevos de oír y estudiar en clase.

Esta vez se trata de algo un poco diferente: al contrario del refrán popular, el saber SÍ que ocupa un lugar, y nada desdeñable. Y a quien piense lo contrario, le invito a que se ojee los libros de medicina que he comprado hoy. 1000 páginas el de bioquímica y 750 el de anatomía, y cada página con una superficie también muy maja. Esto no me lo advirtieron cuando me metí a esta carrera, bueno, en realidad sí, pero, como siempre, no sueles prestar atención a esas cosas.
También es cierto que el libro de química de 2º bachillerato era igualmente imponente, pero luego no lo abrí en todo el curso, aunque me parece que eso no va a pasar ahora.

A esto añadir que en una semana de clase, ya he tenido que recargar de folios la cartera, porque se consumen a una velocidad alarmante, en cada clase caen 4 o 5 caras. Como diría una amiga cuyo nombre no mencionaré: "no sé que me pasa, últimamente no me divierto tanto en clase".

Pero la cuestión no es solo la cantidad de información, sino también el precio de esta. Tiene gracia que en la misma librería (Antaño) tengan los libros de "aprende matemáticas con Pipo" al lado de los atlas de anatomía de 100€ cada tomo que me he tenido que procurar. Más me vale no perderlos. Ahora que lo pienso, no sé por qué la gente trafica con droga y demás, que se dedique a traficar con libros de anatomía, lo veo un negocio con futuro.

jueves, 25 de septiembre de 2008

La primera semana

Ya he liquidado la primera semana de universidad (ni siquiera entera, que mañana viernes no hay clase), es decir, que de las 5100 horas de mi carrera ya he dado aproximadamente... 12. Uy, ¡qué largo se va hacer esto...!

Pero no es un problema, porque en solo tres días ya han venido los de tercero para informarnos de todas las fiestas que tenemos, y de que rellenemos una ficha para que nos hagan descuento en bares y demás sitios para el estilo. Es un alivio, porque las clases de verdad acojonan, sobre todo las de anatomía, donde como todas las clases sean como la única que he tenido hasta ahora, me van a faltar árboles que talar para hacer folios. De todas formas, es algo que ya nos avisaron, así que no me coge por sorpresa, al revés, yo creo que si no hubiera sido así, hasta andaría decepcionado.

Ya que hablo de las visitas que nos han hecho, no me puedo olvidar de los de cuarto, que venían a acojonar un poco con el tema de las novatadas. Sutil su forma de tirarnos maíz, por aquello de ser pollos y demás, me lo apunto para cuando me toque a mí estar al otro lado.

También tengo que decir que hasta ahora he entrado a todas las clases. Cosas de ser novato. A ver si dentro de un mes puedo decir lo mismo. Es una ventaja de no conocer a nadie en clase, que no tienes la tentación de "vámonos a tomarnos un litro por ahí" (que recuerdos del instituto).

Y de momento no se me ocurre nada más, ¡ah, sí! !cómo olvidarlo! Si alguien se ha leído, o se molesta en hacerlo, la entrada anterior (la de "saliendo del huevo"), se acordará que después de una emocionante y desesperada búsqueda (ríete tú de lo del Santo Grial), Diego y yo conseguimos el jueves pasado enterarnos de cuando empezábamos las clases: el lunes todo el mundo a las 8.30. Error. La universidad definitivamente me tiene manía. No se me ocurre nada mejor que hacer caso a lo que me dicen, y claro, así me paso, que me toco madrugar para luego estar desde las 8.30 hasta las 11.30 que empezaba mi clase, dando vueltas por el campus cual lobo solitario en busca de amigos.

Y nada más que decir. En cuanto tenga la primera fiesta médica, seguro que ya le cambio el tono a mis entradas. De momento hoy jueves se supone que hay una, veremos al final en que acaba la cosa.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Saliendo del huevo

Saliendo del huevo estoy, y si, no se me ocurre nada más sutil con que llamar al inicio de la universidad, qué le vamos a hacer, será porque cada vez que me presentan a alguien que estudia medicina, me pregunta: "¿ah, eres pollo?, uy, vas a morir, jejeje".

Pues sí, soy pollico, de primer año, aunque ya me voy conociendo la universidad. Para empezar, me he dado cuenta de esto es igual que el instituto, el mismo descontrol.

Subo con un amigo al campus este jueves pasado, a poco para que empiece el curso. Más que nada queríamos enterarnos de donde teníamos que ir el lunes... ¡Qué inocencia la nuestra! Llegamos allí, y bueno, lo primero que se le ocurre a uno es preguntar en secretaría. Allá que vamos, abre la puerta Diego con cuidado, y dice en voz baja: "Buenas, veníamos a preguntar una cosa para el inicio de curso...."

Hay dos personas en secretaría, uno hablando por teléfono. Nos mira un momento, como valorando si somos dignos de abandonar un minuto su apasionada tarea. Se ve que no lo somos, porque sigue hablando por teléfono, por otro lado sin inmutarse demasiado.
Por lo menos gracias a este hombre sabemos que existimos, que nos han oído, porque si fuera por la otra secretaria, que ni ha levantado la vista, podríamos pensar que estamos muertos, y que nuestros espíritus siguen yendo a la facultad, como si nada (¿a qué me recuerda esto?).

Pero no penseis que nos amilanamos con tan poco, que para algo venimos del Alfonso X. Sabemos que aquí en España, o entras dando una patada a la puerta y a voz en grito, o nada. Bueno, no llegamos a eso (aún), pero elevamos el tono: "Sólo queríamos saber a qué clase teníamos que venir el lunes, que empieza el curso..." Ahora sí que nos mira ella, extrañada: "-¿clase? ¿curso? ¿Pero esto no es la carnicería?- pensará..." Finalmente nos responde: "No se... ¿habeis pedido cita para entrar aquí? (porque si habeis pedido cita, puede que lo sepa; en caso contrario, no...)

El caso es que nos vamos de allí con cita para dentro de media hora. Mientras nos damos una vuelta por la facultad, y vemos una ventanilla que parece de información: "a ver si va a ser aquí...". ¡Eureka! Preguntamos y nos lo dicen todo al momento: el lunes a las 8 y media en el aula 1. Vale, creo que lo voy captando, esto funciona como el Tercer Reich, cada uno está informado únicamente de lo que le concierne directamente...

En fin, podría seguir contando el resto de la historia, pero creo que con la parrafada que he soltado ya es suficiente. Decir, eso sí, que en secretaría nos resolvieron una sola cosa de las cinco que pretendíamos (que fue mi carnét universitario, porque el de Diego no lo encontraban). Además, seguro que este no es el último blog que publico del estilo, que son 6 años en la universidad, y eso, a curso por año.