sábado, 3 de septiembre de 2011

La ilusión no es lo último que se pierde

No creo que vaya a tener la inmensa suerte de lograr que lea estas palabras una sola de las 200 personas que dentro de unos días comenzarán su andadura por los senderos de la Facultad de Medicina de Murcia. No cabe duda de que muchos de ellos tienen sentimientos en común, que un servidor tuvo en su día: ilusión, nerviosismo, algo de miedo por las supuestas nuevas responsabilidades...

A todos ellos, me gustaría decirles que se relajen, comprueben si aún están a tiempo de matricularse en cualquier otra ciudad; y en caso contrario, se preparen para una de las experiencias más frustrantes de su vida.

En craso error incurren si creen que entran en una especie de Recinto de la Cultura, donde la gente es adulta, se busca el conocimiento por mero interés de poseerlo, y tus mentores merecen llamarse de tal forma. La realidad se encargará poco a poco de mostrarse cruda como ella sola. Y, ahora que lo pienso, quizá sea mejor así. Para qué destruir antes de tiempo unas expectativas que no se van a cumplir.

Unos cuantos individuos de dudosos 21 años se encargarán de ello jugueteando con un puntero láser en mitad de una clase de Farmacología de 3º curso; cuando la doctora mire para otro lado.