lunes, 29 de septiembre de 2008

El saber ocupa lugar.... y dinero

Hoy he hecho una de esas cosas que cuando uno entra a medicina, espera poder hacer a menudo en un futuro no muy lejano: refutar las creencias populares de toda la vida. Desde que tomar azúcar no sirve para no tener agujetas, hasta reírte de los anuncios de cremas y demás potingues, que anuncian componentes con nombres muy graciosos que quedan muy bien, pero que tú estás hasta los huevos de oír y estudiar en clase.

Esta vez se trata de algo un poco diferente: al contrario del refrán popular, el saber SÍ que ocupa un lugar, y nada desdeñable. Y a quien piense lo contrario, le invito a que se ojee los libros de medicina que he comprado hoy. 1000 páginas el de bioquímica y 750 el de anatomía, y cada página con una superficie también muy maja. Esto no me lo advirtieron cuando me metí a esta carrera, bueno, en realidad sí, pero, como siempre, no sueles prestar atención a esas cosas.
También es cierto que el libro de química de 2º bachillerato era igualmente imponente, pero luego no lo abrí en todo el curso, aunque me parece que eso no va a pasar ahora.

A esto añadir que en una semana de clase, ya he tenido que recargar de folios la cartera, porque se consumen a una velocidad alarmante, en cada clase caen 4 o 5 caras. Como diría una amiga cuyo nombre no mencionaré: "no sé que me pasa, últimamente no me divierto tanto en clase".

Pero la cuestión no es solo la cantidad de información, sino también el precio de esta. Tiene gracia que en la misma librería (Antaño) tengan los libros de "aprende matemáticas con Pipo" al lado de los atlas de anatomía de 100€ cada tomo que me he tenido que procurar. Más me vale no perderlos. Ahora que lo pienso, no sé por qué la gente trafica con droga y demás, que se dedique a traficar con libros de anatomía, lo veo un negocio con futuro.

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