lunes, 16 de agosto de 2010

Conciertos sobre barrizales (1)

Un verano más toca dedicar una entrada a una de mis citas veraniegas, el festival Leyendas del Rock, que este año volvía a su formato clásico de 3 días. Me gustaría poder hablar mejor de la cita, porque la verdad es que el festival lo merece, pero una serie de catastróficas desdichas han deslucido bastante un evento que prometía.

Y eso que empezó mejor que los anteriores. La zona de acampada no era esta vez un páramo desierto donde el Sol te violaba sin piedad hasta dejarte seco. Era una pinada relativamente frondosa, lo que garantizaba bienestar para nosotros y nuestros melanocitos. Además, el primer día de conciertos, que siempre es gratis, era mucho más seductor que años anteriores.

Comenzaba a sonar la música en San Javier a eso de las 4 de la tarde, con bandas menos conocidas, y por las que pocos estuvieron dispuestos a aguantar un calor que sí se hacía notar en el recinto de conciertos. Nosotros dedicamos esas horas a comer, beber e instalar cómodamente el campamento.

Hasta que llegaron las 7 de la tarde, más o menos, y allá que fuimos a reencontrarnos con la música. El primer grupo que vi fue Rainbow in the Dark, un tributo a Ronnie James Dio; lo que siempre iba a resultar agradable. Estuvieron humildes, aunque metidos en el papel; y musicalmente aceptables. El final con "Heaven and Hell" fue uno de los grandes momentos del día.

Tocaban a continuación dos bandas legendarias del rock español, dos auténticas leyendas: Lone Star y The Storm. Vi la primera mitad de Lone Star, y aunque los años se dejaban notar, fue un concierto que mereció la pena ver. Luego llegó la hora de regresar al campamento base para cenar algo, porque aún quedaban bandas que quería ver. A las 9 de la noche salió Santelmo, una banda nueva, con un heavy moderno y directo; donde se deja notar la mano de Jero Ramiro, el antiguo guitarra y compositor de Saratoga. A continuación vino la sorpresa del festival, EVO, otra leyenda del rock español, con un sonido que enganchaba desde el principio y que recordaba a los inicios del Rock&Roll (aunque por alguna razón, sus dos discos tienen una calidad pésima). Terminaba el día con otro tributo, esta vez a Kiss, llamado Exkissitos. Dieron buena música y espectáculo, pero se metieron demasiado en el papel (presentando sus temas en un inglés 100% madrileño).

La noche y la mañana siguiente llegaron sin mucha novedad. Los conciertos que comenzaron a las 2 del mediodía no ofrecían gran cosa. Me acerqué a ver una vez más a Beethoven R, que me dejaron algo frío, la verdad. Luego vendría la primera de las bandas internacionales: Picture, pero por alguna razón decidieron a última hora no acudir, y fueron sustituidos por Angelus Apatrida, con un estilo que no es el mío.

De vuelta al camping, a prepararse para una noche movidita. Y es que a partir de las 9 de la noche venían los platos fuertes, todos ellos seguidos: Lujuria, Lizzy Borden, Warcry, Obús y Muro.

Pero aquí fue cuando comenzaron las calamidades, los infortunios, las putadas, hablando en plata. Lo que da razón de ser al título de la entrada. Pero eso lo contaré en un capítulo aparte, que sé que las entradas largas dan pereza.

2 comentarios:

Ethos dijo...

He leído crónicas de periodistas especializados en el asunto que son caca comparadas con ésta. uau. No sé si apuntarme el año que viene al Leyendas... aunque eso sí: me pondré mi camiseta de los Pink Floyd, digan lo que digan.

Manu AMS dijo...

Deberías leer más XD

Antes de decidir nada, espera a ver la segunda parte de la historia, que es la que tiene toda la chicha