viernes, 19 de junio de 2009

Desenmascarando la vida

Uno está en mitad de la época de exámenes, y además en estos días preparándose uno que no le hace ni puta gracia y cuyo aprobado está muy en el aire. Así las cosas, es inevitable que su mente huya a cualquier otro tema que no sea la Física Médica, y producto de eso es la entrada de hoy, así que avisados estais. Esta entrada NO ha sido escrita en óptimas condiciones mentales.

Muchos de los temas que abarcamos en las materias que más rabia me daba estudiarme en 2º bachiller, véase Lengua y Filosofía, empiezan a tomar mucho más significado últimamente que cuando me las estudié hace un año. En concreto hoy me voy a referir a Filosofía. Recuerdo cuando nuestro profesor nos hacía una introducción a Rousseau, y entre otras cosas nos comentaba que este autor defendía la "bondad natural del ser humano". Es decir, que los hombres eran buenos en un inicio, y han sido factores externos que ahora no vienen a cuento ni me acuerdo los que han cambiado su naturaleza.

Claro, con unos 17 años mal cumplidos, este concepto no siempre se entiende bien. Mi mente no veía más allá de un mundo feliz y de colores, donde la gente era buena de por sí, salvo unos pocos desperdicios de la sociedad, y los problemas que surgían eran por malentendidos, pero nunca por mala fe de los implicados. Por supuesto, esta concepción duró lo que tardó en planteárseme un problema medianamente serio.

Se descubre entonces que no, que por mucho que busques motivos, hay que gente que es mala por naturaleza. Y llego a esta conclusión después de haber pensado mucho en el tema. No soy de los que ven las cosas blancas o negras, sino siempre grises; y por tanto, en los conflictos que he presenciado (míos o ajenos) me gusta ponerme en la piel de ambas partes. Y casi siempre puedo encontrar una explicación diferente de: "esto ha pasado porque uno de los dos es un puto egoísta", o algo similar. Pero a veces las cosas no son tan complicadas, por más que lo intentes. Hay gente que simplemente es mala por naturaleza, y le da igual hacer daño mientras tenga lo que quiera. Y lo peor es que la única defensa posible es volverte tú también un poco capullo. Si no puedes con tu enemigo, únete a él.

Como decían por ahí, ¿Señor, por qué ocurren cosas malas? Otra pregunta más para el saco de "cuestiones sin respuesta".

Opiniones en los comentarios; insultos y pullas que nada tienen que ver con la entrada, en privado, gracias.